No podías decir nada. Solo se te venia a la mente la bella imagen de Kevin, dándote ese hermoso regalo.
Joe: ¿Y bien?- Inquirió con voz curiosa.
Tu: Esta… muy hermoso Joe. Muchas gracias- Lo dijiste con un tono algo apagado.
Joe saco el brazalete de la caja y lo comenzó a mirar de lado a lado, con una ancha sonrisa en todo su rostro.
Joe: Este es el lugar donde se conocieron mis abuelos y aquí también era donde Vivian, pero fue hace mucho- No mirabas mucho a Joe, porque sentías esa horrible sensación de antes-. Quiero decirte que esta es una de las mejores relaciones sentimentales que he tenido. Aunque creas que es algo cursi y eso, pero es que siento que contigo de verdad puedo ser yo mismo. Como si fuera una parte de mi que faltaba…
Cada palabra que seguía diciendo algo bueno de ti, hacia que fuera un golpe mas. Cada vez que escuchabas algo lindo de Joe, se venia la imagen de Kevin a tu mente, no te la podías sacar.
Poco a poco, sentías que el aire te faltaba, no podías ni respirar por la sensación que sentías en ese momento. Pero todo, de golpe, se te vino a la mente. Tu debías estar con Joe, porque era la persona que de verdad amabas y era alguien que siempre lo iba a hacer. No como Kevin, que de momento para otro ya estaba enamorado de ti, aparte que él estaba comprometido.
Hubo un segundo en que no podías respirar, con una sensación de cuerpo pesado, te arrodillaste porque ya no soportabas tu cuerpo.
Joe: ¡___(TN)! ¡¿Qué ocurre?
No veías mucho, pero lo ultimo que viste fue a Joe que se abalanzaba sobre ti, con una terrible cara de preocupación.


Despertaste en el auto de Joe, el cual estaba detenido afuera de tu casa. En cuanto viste como salía de la casa Joe, como si lo estuvieran persiguiendo, te bajaste velozmente a ver que ocurría. Después de Joe, venia persiguiéndolo tu padre, que tenia su rostro marcado por la rabia y la indignación. En cuanto Joe te vio, se puso detrás de ti, para que lo protegieras.

Joe: ¡Señor, le juro que yo no le hice nada!- Gritaba Joe, detrás de ti.

Tu papá: Ah, no. Mi hija se desmayó por tu culpa. No creo que haya perdido el conocimiento solo por que le haya faltado el aire.

Miraste indignada a tu padre, en cuanto comenzó a hablarle de esa forma a Joe, te acercaste a él de manera veloz e irritada.

Tu: ¡Papá! ¡No le puedes hablar así!- Te das vuelta para hablar con Joe-. Gracias Joe, ahora te puedes ir. Yo me las arreglo con mi papá.

Te hizo un gesto de despedida y se fue casi corriendo a donde estaba su vehiculo.
Te diste vuelta a donde estaba tu padre, que todavía tenia una mirada dura, y con unos ojos llenos de odio.
Tu papá: Sabes que no me gusta ese tipo de gente- Comenzó a decir tu papá-. Esa gente no sabe…
Tu: ¿Cómo es ese tipo de gente? No entiendo lo que quieres decir. Ellos son como nosotros.
Tu papá: Ellos no son normales, de hecho, creo que son lo mas lejos que ellos puedan parecerse a nosotros.
No quisiste escuchar mas a tu padre. Corriste de forma segura hacia tu habitación, para poder estar totalmente sola.
Entraste en la sala de tu casa, donde estaban tus hermanos viendo televisión, con unos cuantos amigos de ellos, con una chica, la cual tu ya conocías. Mientras que tu madre, estaba cocinando los típicos tacos que daban señal de que la semana casi estaba terminando. Te dirigiste hacia la chica, que era una de tus únicas amigas que quedaban, Sara.
Tu: ¿Sara? ¿Qué haces…?- Preguntaste confundida.
Sara: Ven.
Te tomo de la mano, y te llevo directo hacia tu habitación. Parecía que quería contarte muchas cosas nuevas, ya que hace mas de unas semanas que no hablaban mucho, por la pequeña pelea que habías tenido con Rocío.
Entraron a tu habitación, cerraron la puerta con pestillo y se pusieron frente a frente, como lo hacia cuando tenían que hablar seriamente.
Sara: Te quiero pedir perdón por haberme distanciado de ti- Comenzó a decir Sara.
Pero la verdad es que no te habías percatado de eso, solo que no la veías mucho, y por toda la cosa que estaba pasando con Joe y su hermano, Kevin, no tenias mucho en mente eso.
Tu: Ah, Sara… Da igual, solo quiero que seamos buenas amigas y que… nadie pueda distanciarnos.
Sara: Si, pero lo que vine a contarte es mejor que eso. ¡Rocío termino con Jimmy, porque estaba enamorada de Joe! ¡Y además…!
Tu: Sara, lo siento, pero no quiero saber mas.
Sara: ¿Estas segura de que no quieres saber que mas hizo? Porque esto involucra a tu novio y…
Tu: No, de verdad no quiero- Suspiraste lentamente-. Tengo que contarte algo que a nadie se lo he dicho.
Sara abrió sus ojos llenos de curiosidad como lo hacia antes, lo que te causaba bastante risa. Pero lo que le ibas a decir a Sara no daba nada de gracia, por lo que permaneciste seria y preocupada.
Tu: En unas cuantas semanas me voy a vivir a Santa Bárbara.


Esas semanas que te quedaban para irte de Los Ángeles, se pasaron mas rápido de lo normal, aparte de pasarla castigada por tu padre, no tenias mucho que hacer en el instituto lo que hacia que los días se pasaran rápido. Ya tus dos amigas, Sara y Emily, sabían el hecho de que te ibas a ir de la ciudad, en un par de días, pero el que todavía no sabia y eran necesario que supiera, era Joe.
Ya no habías hablado con Kevin, pero lo ultimo que habías escuchado de él, por lo que te contaba Joe, era que ahora le hablaba a Joe como antes, como hermanos. Eso te ponía realmente feliz.
Pero lo malo, es que cada día tenias que volver antes de las cuatro de la tarde, lo que te permitía estar casi menos de una hora con Joe, que apenas lo veías durante el transcurso de clases, y por eso tenias la oportunidad de poder contarle a Joe.
Era un día sábado, y el lunes te ibas a ir a Santa Bárbara.
Estabas viendo televisión solo con tu hermano Paul, ya que tu mamá ese día trabajaba hasta tarde, mientras que tu hermano, Sam, y tu padre, se habían ido a Santa Bárbara hace unos cuantos días atrás. Estaban solo ustedes solos.
Paul: ¿Me quieres acompañar a ir a mi trabajo? Tengo que ir a renunciar- Te pregunto Paul, con unas palomitas de maíz en su mano.
Tu: No- Dijiste cortante, con el recipiente de palomitas en tus manos.
Paul: Tienes que venir, en un mes mas será el cumpleaños de mamá, y tenemos que comprarle algo.
Paul observaba cada movimiento que hacías. Tu no le prestabas mayor atención, solo seguías mirando la televisión con las palomitas en la mano.
Tu: Paul, podemos ir a comprárselo después.
Paul: No- Seguía mirándote con atención- Ella se va a Nueva York. ¿Cómo crees que vamos a entregarle su regalo? Hablamos de esto con Sam, lo mejor era comprar su regalo temprano.
Eso era verdad. Habían hablado con tu otro hermano, y en eso habían quedado. Dejaste las palomitas a un lado y fuiste a tu pieza a cambiarte de ropa.
Depuse de unos pocos minutos, bajaste a toda velocidad hacia el auto de tu hermano, que ya estaba afuera esperándote. Te subiste en el asiento del copiloto y partieron hacia donde quedaba el trabajo de tu hermano.
Tu: Creo que deberíamos comprarle un pantalón. Tenia pocos y…
Paul: No. Hablé con ella y me dijo que quería un perfume. En fin, después hablamos de eso, tengo primero que centralizarme para poder renunciar a mi trabajo.
El resto del camino no abrieron la boca, ni siquiera para preguntar algo insignificante, pero así eran con tu hermano. Siempre tratando de evitarse y poder hablar lo menos posible, porque no se llevaban muy bien, y cuando intentaban hacerlo, les salía del todo al revés.
Llegaron cuando estaba empezando a esconderse el sol, un atardecer hermoso se acostaba en el mar, que estaba en frente del puerto donde trabajaba tu hermano.
Abrió la puerta del conductor, pero antes de salir, se volvió hacia con mirada interrogada.
Paul: ¿Me esperas aquí? ¿O vienes conmigo?
Ninguna de las dos ideas te resultaba del todo linda y entretenida. La primera implicaba quedarse casi unas dos horas adentro de ese vehiculo, que no tenia aire acondicionado, ya que se le había roto hace un par de meses. Y la otra propuesta consistía en ir a donde tu hermano, escuchar cada una de sus razones y todo el papeleo que llevaba eso.
Tu: ¿Puedo pasear por aquí? Ninguna de tus propuestas me gusta.
Tu hermano asintió con la cabeza y, después de eso, se fue directo hacia el restaurante. Te bajaste del auto con tranquilidad, sin ningún rumbo fijo a donde podías ir, solo querías pensar. Quedaban dos días para que te fueras de Los Ángeles y aun así, no le habías contado ni mencionado la idea a Joe, sobre irte.
Respiraste hondo, mientras seguías mirando el atardecer. Seguiste caminando, hasta que llegaste hacia un pequeño muelle, donde te encontrabas con Kevin, algunas veces. Te trajo tantos recuerdos, que fuiste directo hacia allá. Llegaste al final del muelle, esperando algo, lo cual no sabias que era. A lo mejor era Joe, quien siempre era una de esas personas que siempre te subían el animo. Pero después pensaste en otra persona. Estabas esperando a Kevin, el cual hace mucho tiempo que no lo veías, y esperabas verlo ese día, por lo menos por ultima vez.
Escuchaste unos pasos a lo lejos, y los reconocías a la perfección.
Kevin: Pensé que ya no querías verme nunca mas- Susurró Kevin, cuando ya estaba mas cerca.
Tu: No es eso. Estoy acá esperando a mi hermano- Le dijiste con nerviosismo.
Kevin: Primero que todo, te quiero pedir perdón. Sé que lo que hice, no tenia que haberlo hecho con… Bueno, estuvo mal hacerlo.
Tu: Da igual. De todos modos, ya pasó.
Poco a poco, Kevin se fue acercando hacia a ti, hasta que los dos se dieron un tierno abrazo. Nunca habías sentido algo parecido de lo que sentías por él. Era algo tan nuevo para ti, que hacia que cada parte de tu cuerpo temblara al verlo.
Después de abrazarse, se quedaron viendo por mucho rato. No podías ni pestañar cuando lo mirabas, ya que querías verlo y no perderte nada de él. Alzó una de sus manos y la puso en tu rostro. La otra mano, la puso en tu muñeca, que lentamente la acariciaba.
Kevin: ¿Qué es esto?- Preguntó levantándote la muñeca-. ¿Esto te lo dio Joe?
Te habías olvidado por completo de Joe, las palabras que había dicho sobre tu y por ultimo, cuando te había regalado ese brazalete, que tenia sus iniciales marcadas. Casi te entra el pánico en ese momento.
Tiraste de tu mano y la escondiste antes de que pudiera leer las iniciales, pero ya era demasiado tarde.
Tu: Mm… Si, pero… Tengo que irme.
Te diste vuelta para poder volver hacia el auto de tu hermano, pero Kevin te tomo del brazo, jalándote hacia él, con su mirada seria.
Kevin: ¿Te lo dio Joe?- Preguntó nuevamente-. Dime. La otra vez lo vi comprando algo, y me dijo que era para alguien muy importante.
Ahora te sentiste peor. La culpabilidad era horrible y peor escuchar como Joe había conservado el secreto y hablado de ti como una persona “importante”.
Trataste de tirar tu brazo, pero Kevin todavía no te dejaba.
Tu: ¡Kevin, suéltame!
Kevin: ¡Solo dime que es lo que sientes por mi!
Kevin te soltó, pero estaba esperando una respuesta tuya al respecto. Tus ojos mostraron una seriedad impresionante, nunca antes vista. Tomaste una bocanada de aire y comenzaste a hablar.
Tu: Kevin, quiero que me hagas el favor de… alejarte de mi por favor- Respiraste de nuevo-. No sabes lo difícil que es ahora todo esto. No quiero que te sientas mal, pero… ¡Es que yo amo a Joe!
Kevin todavía no podía creerlo. Se quedó totalmente paralizado en frente tuyo, con sus ojos vidriosos. A ti, poco a poco, se te cristalizaron los ojos, al igual que Kevin.
Se quedaron mirando por largo tiempo, hasta que Kevin, se acercó rápidamente hacia ti y te besó. Alzó sus manos y las puso en tu cintura, mientras que tu enredabas tus manos entre su rizado cabello.
Hasta que de pronto se te vino la imagen de Joe, el que te miraba con cara de decepción por lo que estabas haciendo.
Empujaste con tus manos a Kevin, para que se hiciera para atrás y se alejara de ti.
Kevin te miró alterado con sus ojos aun vidriosos.
Kevin: ¡¿Qué sucede?!
Te diste media vuelta y comenzaste a caminar hacia donde estaba el automóvil de tu hermano. Por suerte tuya, tu hermano Paul, estaba saliendo de su trabajo, para poder irse a su auto.
Kevin te tomó nuevamente del brazo con indignación, por lo menos, eso se mostraba su cara.
Kevin: ¿Me quieres decir que es lo que sucede?
Ahora estabas en pánico.
Tu: ¡¿Qué es lo que sucede?! Déjame ver… Primero, engañe a mi novio con su hermano. Segundo, estoy enamorada de dos chicos a la vez y no tengo ni la mas minima idea de lo que tengo que hacer. Y por ultimo, me voy a ir de Los Ángeles en dos días, así que no ayuda de mucho que esté aquí hablando contigo.
Kevin: ¿Mi hermano lo sabe?- Preguntó con voz desanimada.
Meneaste la cabeza de lado a lado, como signo de reprobación. Respiraste hondo y te fuiste hacia el automóvil de tu hermano.
Te subiste en el asiento del copiloto, mientras que tu hermano seguía contando su heroica hazaña de cómo le había dicho a su jefe que renunciaba.
Prendió el motor, y se fue del muelle.
Lo ultimo que pudiste ver, fue a Kevin con su rostro demacrado por la pena.

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Bueno hasta acaa el cap :B
esta vez no me demore tanto (o eso creo xd) pro lo hice cn
muchoo cariño asi qe ojalaa qe les guste muchoo
voy a tratar de subir mas seguido, si es qe puedo, pro es es
gracias por leer la noveeelaa